Pedimos al Ayuntamiento de Níjar (Almería) que paralice el desalojo y derribo del asentamiento chabolista de El Walili mientras no se garantice una alternativa habitacional permanente para los 500 vecinos y vecinas del municipio que allí residen.

En los últimos 20 años, el municipio de Níjar ha duplicado su superficie de invernaderos, pasando de 3.373 hectáreas en 2001 a más de 6.500 en 2022, se trata del mayor crecimiento de toda la provincia de Almería, con la implantación de importantes industrias agrarias de productos bio, sin que se haya planificado alojamiento para las personas que allí trabajan, aumentando el déficit crónico que tiene la localidad en oferta de vivienda no turística.
Esta situación ha provocado la proliferación de infraviviendas y poblados de chabolas hechas de plásticos y palets, en el año 2017 los servicios sociales identificaron a un total de 3.014 personas viviendo en esta situación. Una cifra que no ha parado de crecer, al igual que el valor de las exportaciones de las empresas agrícolas en las que estas personas trabajan; más de 3.000 millones de euros.

Por todo ello, pedimos al Ayuntamiento de Nijar:
Paralización del derribo de El Walili y de cualquier otro asentamiento chabolista de trabajadores agrícolas migrantes mientras no se les ofrezca una  alternativa habitacional permanente a sus habitantes.

Un plan integral de vivienda en el municipio que garantice viviendas dignas y asequibles para toda la ciudadanía de Níjar, tanto autóctona como extranjera.

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