Leandro del Moral Ituarte, Universidad de Sevilla, Fundación Nueva Cultura del Agua

No es fácil añadir algo que todavía estos días no se haya dicho. El territorio de Doñana es un laboratorio  ecológico, social y político. Esta característica es la expresión más clara de su significación e importancia.  Doñana es un ámbito para el que se han elaborado más planes de ordenación y desarrollo territorial que en el resto de España. En uno de ellos, aprobado en 2003, se mandó elaborar un plan sectorial de ordenación de  los regadíos de una parte del ámbito. Es el único plan que existe en Andalucía (y en España) que pretende poner orden en el desorden generalizado del uso del agua subterránea, desde Almería hasta Huelva, pasando por el Altiplano de Granada y la Axarquía malagueña. ¿Por qué solo se intenta aquí?  Porque es Doñana: la joya de la corona de la biodiversidad y de los paisajes de Europa.

¿Por qué el PP se ha metido, ya a nivel nacional, en el embrollo de desmontar este plan tan sensible y dificultosamente aprobado diez años después de que se mandara redactar? Porque en esta plaza emblemática se está disputando, con Vox, el liderazgo de la “defensa del regadío” que, por su potente dimensión simbólica, más allá de su peso socio-económico, facilita gobiernos no solo municipales, sino provinciales (Alicante, Almería…) y regionales (Murcia, Andalucía…).

¿Cuál es la alternativa desde una perspectiva progresista, no retropopulista? Abrir un debate social y democrático. Frente a la defensa de los “cientos de familias” que “los ecologistas y los tecnócratas de Bruselas” quieren arruinar, los sectores progresistas, como los que la Mesa Social del Agua de Andalucía representa, están  planteando un enfoque redistributivo. No hay solo un conflicto entre regadíos y ecosistemas, y entre legales e ilegales. Aquí, como en el resto de Andalucía, existe un conflicto entre explotaciones especulativas y financiarizadas y empresas familiares y profesionales vinculadas al territorio. Ese es el nuevo discurso que hay que construir. La explicación de que, con el telón de fondo del cambio climático, es imprescindible activar la  transición justa, no retórica y vacía, sino real y territorialmente enraizada.   El extraordinario avance del derechista-populista Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB) en los Países Bajos ha sido el último y potente aviso.

Sevilla, 14 de abril 2023

 

 

 

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