I FIESTA DEL AGUA
16 de abril de 2005. Ronda, Málaga.El hecho de que más de 1.100 millones de personas no tengan garantizado el acceso a agua potable y más de 2.400 millones no tengan saneamiento seguro, mientras se quiebra la salud de los ecosistemas acuáticos del planeta, a menudo de forma irreversible, ha provocado la aparición de crecientes conflictos sociales y políticos en el mundo.
Más allá de las usos del agua en la agricultura, en la generación eléctrica o en la industria, los ecosistemas acuáticos desempeñan funciones clave, tanto para la vida en la biosfera, como para asegurar la organización y cohesión social de las comunidades humanas. Al mismo tiempo, el agua representa nuestra herencia natural, que marca la identidad de territorios y pueblos. Asumir el reto de la sostenibilidad exige cambios profundos en nuestras escalas de valor, en nuestra concepción de la naturaleza y en nuestro modelo de vida; exige, en suma, un cambio cultural que en materia de aguas hemos identificado como una Nueva Cultura del Agua.
Una Nueva Cultura que, basándose en la diversidad cultural, debe recobrar el patrimonio de la memoria y el rico simbolismo que el agua ha tenido para los seres humanos desde tiempos inmemoriales, y que integre los nuevos valores y perspectivas que introduce el paradigma de la sostenibilidad. Una Nueva Cultura que debe asumir un enfoque holístico y reconozca esta dimensión múltiple, ambiental, social, económica y cultural de los ecosistemas acuáticos, para construir una nueva inteligencia colectiva que dé respuestas a los retos del siglo XXI.